Desde La Juntada - nueva conducción del CEFyL nos vemos obligados a aclarar algunas cuestiones que entran dentro de una larga lista de problemas que tenemos como comunidad académica de la Facultad de Filosofía y Letras y que, por el carácter público que han tomado ciertas posturas y por la gravedad de las acusaciones, no podemos pasar por alto.
En el día de la fecha una cantidad de medios masivos de comunicación se hicieron eco del comunicado que, unos días atrás, sacó la gestión de la facultad a raíz del incidente que protagonizaron los chicos que vienen todos los días a Filo con una docente que bajó al patio a pedirles silencio. La reacción de la gestión no se hizo esperar y el decano en persona se hizo presente en la planta baja para intentar echar a los chicos de la institución. Los estudiantes que presenciamos la escena, por otro lado, intentamos detener al decano e impedir que los saque de la facultad.
En primer lugar, cabe resaltar que la preocupación por parte de distintos sectores y claustros que conformamos la comunidad académica de Filo sobre la presencia de menores en los pasillos de la facultad no nace con este hecho, sino que viene de larga data, en una discusión interminable sobre si debemos dejarlos entrar o no. Lo ocurrido el día 10/11 es sólo la gota que colmó el vaso y que provocó que vieran la luz una cantidad de actitudes que son de todo menos reflexivas y adultas. Porque, ante una situación como ésta, lo que necesitamos son resoluciones que apunten a la raíz del problema y no sectores enfrentados en torno a una discusión estéril sobre si dejarlos entrar o negarles el acceso de forma permanente.
Nos preocupa sobremanera la forma en que se ha interpretado el comunicado de la gestión en los medios. Por otro lado, también nos preocupa sobremanera el propio comunicado de la gestión que, aparte de dejar margen para este tipo de interpretaciones, es producto de un momento de irreflexión total y de precipitaciones a la hora de tratar un tema delicado como éste. Expresar que “los menores no están autorizados a entrar y permanecer en la institución pero personas que se identifican como integrantes de comisiones del Centro de Estudiantes les facilitan el ingreso y protección" da lugar a interpretaciones como las del diario La Nación, que dejan entrever que el CEFyL es cómplice de una red de trata de menores. Acusaciones como ésta tienen claras intenciones, y son bien propias de los intereses que defiende este diario, así como otros medios más. Esta es una acusación grave que no sólo tiende a mermar la legitimidad de la herramienta gremial de los estudiantes, sino que da un paso más allá e intenta asociar al Centro con una de las peores situaciones que atraviesan a la sociedad en que vivimos: la trata de personas.
No es nuestro objetivo aquí enumerar las iniciativas que nos hemos dado como Centro de Estudiantes en contra de los sistemas de trata, ni tampoco analizar en profundidad con la complicidad de qué intereses es que estos sistemas subsisten. Lo que nos interesa hoy es pronunciarnos sobre el problema que vivimos como FFyL y proponer soluciones adultas. Estamos de acuerdo con que el ámbito adecuado para los chicos no es una facultad; su ámbito debe ser un lugar en donde puedan ser chicos, jugar y relacionarse con sus pares. No es lo mejor para ellos pasar sus tardes en un mundo de adultos que no les corresponde y que genera situaciones de riesgo.
Pero al mismo tiempo creemos que posturas infantiles e irreflexivas como las que presenciamos por parte del decano Trinchero el día del incidente con la docente y como las que se ven reflejadas en el comunicado oficial de la gestión de la Facultad tampoco colaboran a resolver este problema. Cualquiera que se detenga a pensar unos momentos sobre la situación se da cuenta que separar a los chicos del ámbito donde se sienten cómodos, del cual se sienten parte y en donde han tejido lazos con diferentes personas no es una solución adecuada, ni tampoco una permanente y menos aún una solución favorable para ellos.
Nuestra postura como conducción del Centro de Estudiantes y como representantes por el claustro estudiantil en el Consejo Directivo de la FFyL es que la gestión debe hacerse cargo del problema e intentar solucionarlo con ayuda de organismos estatales preparados para tal cosa. Sin lugar a dudas nuestra mayor preocupación es la de buscar una solución no perjudicial para los chicos y estamos dispuestos a colaborar en la resolución del problema (que, además, lejos está de ser una situación aislada, sino que su raíz se encuentra en el funcionamiento mismo de nuestra sociedad) siempre y cuando se apunte a resolverlo por medio de la contención y no de la marginación o la expulsión.
Es cierto que la Facultad no es la única responsable de resolver esta situación y tampoco la mejor preparada, pero como integrantes de la comunidad académica, como docentes y estudiantes que somos, lo mínimo que se espera de nosotros es una actitud propia de adultos. En nuestra Facultad, en tanto Facultad de Filosofía y Letras, estudiamos todos los días estas problemáticas en las distintas carreras. Una vez más, no separemos la teoría de la práctica, no escindamos lo que estudiamos de lo que vivimos, y pongamos nuestro conocimiento al servicio de las necesidades populares.
LA JUNTADA DE LA IZQUIERDA INDEPENDIENTE
NUEVA CONDUCCIÓN DEL CEFyL - REPRESENTACIÓN ESTUDIANTIL EN CONSEJO DIRECTIVO
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